El core en el que se sostiene esta casa es el agua. El agua considerada por todas las culturas de la Tierra y por los científicos como la fuente original de la vida, no siempre es bien valorada y puesta en una perspectiva que nos gratifique. La Casa Spa salda esa deuda con este proyecto.

Se le pidió que la casa sea un espacio lúdico en cualquier temporada del año, así, ubicada frente al mar nos encontramos no en una casa de playa convencional sino en un mini club, dedicado a mimarnos en cada habitación. Un gran techo de concreto perforado forma la terraza y de este se cuelga formalmente el cubo de vidrio que parece suspendido alberga el dormitorio en conjunto esta es la cara que tiene la vista al mar.

Se llama casa spa porque todo en ella impacta nuestros sentidos, en palabras del arquitecto Enrique Gómez “Los arquitectos tenemos la responsabilidad de plasmar en nuestra arquitectura aquellas gracias que ésta nos brinda generosamente: el calor, la luz, el agua”, y eso es justamente lo que utilizan. Este diseño aspira, en su concepción, a estimular la fusión armónica de los sentidos plasmados en las actividades que en él se realizan. La cocina-bar, la cascada de la piscina, el paisaje integrado, el agua y el deck: el olfato y el gusto, el oído, la vista y el tacto.