Vivienda en República Dominicana
El clima benigno que predomina durante todo el año en la isla caribeña, así como la situación de la parcela de 7.000 m2 en la que se asienta la casa, condicionan de antemano el proyecto ejecutado por el estudio A-cero.
Con una idea arquitectónica singular y acertadamente arriesgada, propia del equipo que dirige Joaquín Torres. Se plantean dos bloques bien diferenciados de los que surge un juego de volúmenes curvos que buscan la verticalidad desde la cubierta. La vivienda se proyecta por exigencia de programa de necesidades del cliente, en una sola planta. Se viste toda la casa de una piedra autóctona de Coralina de tonos claros (blanco y beige) que, a parte de la propia calidad del material, un aspecto visual que se enriquece con la abundante luz solar, y la referencia marina.
Desde el acceso principal, la casa parece esconderse detrás de una consecución de muros curvos que crean un conjunto escultórico. En medio, una gran puerta de dos hojas en madera da acceso a la vivienda.
Toda la vivienda tiene ventilación cruzada, para así poder aprovechar todas las ventajas del clima caribeño sobre todo la brisa marina. Se proponen interiores con mobiliario diseñado por A-cero y fabricado a medida, prácticamente toda la producción se realizó en España.
Pero no se quiere crear ambientes muy recargados ni de decoración marcada, pretendiendo una cierta sencillez dentro de los grandes espacios interiores.
La piedra de Coralina exterior se introduce en el interior para ofrecer continuidad visual, además de ser este un material muy apropiado para el caluroso clima presente todo el año.
Toda la vivienda se puede decir que está abierta al exterior en prácticamente todas sus fachadas, con
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