Mencion concurso Hitos Ecuménicos en Neuquen
El territorio
En la vocación del concurso radica la voluntad de poner en evidencia y con ello rescatar en nuevo valorpatrimonial y paisajístico a una zona de la provincia que aún permanece inexplorada y ausente a la mirada providente del turismo y sus recursos. En el reconocimiento del territorio observamos primeramente un espacio discontinuo y diverso, flanqueado por la presencia de dos cordilleras, la de los Andes al oeste y la del Viento al este. Un espacio discontinuo pero sin embargo articulado por la presencia constante de los cursos de agua que lo estructuran, una estructura que se rige por el curso del río Neuquén y sus afluentes principales: el río
Varvarco al este y el río Nahuve al oeste. He aquí la primer huella que ordena el territorio, la huella natural implementada por el agua. A partir de esta primer huella se ordenan los asentamientos poblacionales que se suceden como manchas verdes en la discontinuidad árida del sistema paisajístico.
Varvarco al este y el río Nahuve al oeste. He aquí la primer huella que ordena el territorio, la huella natural implementada por el agua. A partir de esta primer huella se ordenan los asentamientos poblacionales que se suceden como manchas verdes en la discontinuidad árida del sistema paisajístico.
A esa primer huella se le superpone una segunda que es la huella antropizada, la huella que articula el sistema de ciudades y poblaciones por intermedio de una red de caminos con mayor o menor grado de consolidación corriendo siempre paralelos a esa otra huella, la huella natural materializada por los ríos.
El territorio pareciera así mostrarse como una general ausencia que solo se pone en evidencia esporádicamente, por lapsos discontinuos de presencias a lo largo de una profunda huella articulada por el agua y la tierra. El transitar esta huella es la única forma de hacer visible ese territorio ausente.
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