Casa XS
Mar Azul es un balneario a 400 Km. al sur de la ciudad de Buenos Aires, con una extensa playa de médanos vírgenes y un frondoso bosque de coníferas. El terreno que forma parte de dicho bosque posee la particularidad de ser muy angosto y largo y de tener una superficie casi sin pendiente hasta 5 metros antes de la línea de fondo.A partir de ese punto el médano presenta una depresión abrupta cubierta de vegetación baja (acacias) pero sin pinos. De manera que mirando desde el lote hacia esa zona, las coníferas del propio terreno se recortan en ese claro de forma muy especial al atardecer cuando el sol cae y va entrando horizontal entre los árboles. Esta singularidad hace de ésta, sin duda, la vista más privilegiada.
El hecho de haber podido experimentar en temas funcionales y estético constructivos en este ambiente tan particular -el bosque marítimo- con otras obras recientemente construidas y haber obtenido resultados muy satisfactorios, permitió en esta oportunidad, poner el énfasis en perfeccionar el sistema experimentado y resolver su adaptación a este programa mínimo en un angosto terreno con una casa lindera sobre su lado derecho y una propiedad de gran tamaño, lote de por medio, sobre el opuesto.
La búsqueda de alternativas debería, como en las demás experiencias, seguir teniendo pocas pero insalvables limitaciones: fundamentalmente tener muy bajo impacto en ese paisaje, que se ajustarse a un bajo presupuesto, que su mantenimiento posterior fuera casi nulo y que el tiempo de construcción se acortase todo lo posible ya que el seguimiento se haría a distancia. Con estas premisas, la casa fue resuelta como un prisma de hormigón de proporción muy alargada, de altura mínima, separado de ambas líneas divisorias ubicado aprovechando un claro en el terreno y con una decidida búsqueda de vistas hacia la particularidad del paisaje descrito.
Un gran ventanal prolonga el pequeño estar comedor en su expansión semicubierta permitiendo vistas al paisaje y el reflejo del mismo desde afuera. Los lados más largos tienen aberturas muy controladas para evitar las vistas tan próximas desde y hacia las casas vecinas. Estas se resolvieron horadando el muro de hormigón a la vista realizado con tablas de pino colocadas en algunos casos en vertical para permitir que de manera aleatoria se produjeran aberturas de toda la altura y del ancho de una o dos tablas de encofrado. Hacia el frente la abertura del prisma se ubica de lado a lado y a una altura tal que no comprometa la intimidad del único dormitorio de la casa.
El hecho de haber decidido que tres de los lados del prisma fueran muy cerrados hizo que pensáramos en otro material además del hormigón a la vista para resolverlos, de manera que la imagen no resultara demasiado monótona o inapropiada para una casa unifamiliar. El material elegido por su calidad estética, pero sobre todo por su falta de mantenimiento, fue tablas de madera de quebracho utilizadas formando un muro bajo en el dormitorio y para resolver un portón de entrada, que si bien aparece como desproporcionado para esta pequeña vivienda, tiene como objetivo destacar el acceso como único gesto en una fachada con poquísimos recursos formales.
La planta de la vivienda de 4.00 m x 12,00 m queda cubierta por una losa de hormigón armado a la vista que descansa, en los tabiques laterales con un voladizo de 2,00 m soportado por una viga invertida que recorre el estar comedor cocina y refuerzos en la losa que colaboran con ella. Los tabiques interiores son de ladrillos huecos revocados y pintados con latex blanco, el piso es de paños de alisado de cemento divididos por planchuelas de aluminio.
El encuentro entre muros y el suelo se resolvió con un perfil rehundido de aluminio a manera de zócalo. Las aberturas son de aluminio anodizado color bronce oscuro. El sistema de calefacción, dado que no existe gas natural en la zona, se resolvió con un sistema que combina salamandra, estufa a gas envasado y estufas eléctricas.
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